jueves, 30 de mayo de 2013

María Asunción Arrazola,



Nacio en 1912 en Zestoa Gipuzkoa  .Fundó -y dirigió- la primera escuela de turismo de San Sebastián; creó -y dirigió- una escuela de magisterio destinada a mejorar la capacitación de los profesores de los centros educativos de la Iglesia; fue una de las historiadoras del arte guipuzcoanas más destacadas del siglo XX, así como pionera en el establecimiento de programas de formación para mujeres; dejó tras de sí una importantísima obra y, sin embargo, María Asunción Arrazola, religiosa de la Compañía de María que falleció hace 15 años después de compatibilizar todas esas actividades con décadas de docencia en el colegio de la orden en San Sebastián, es una perfecta desconocida salvo para los muy interesados en el arte y el patrimonio monumental guipuzcoano y los cientos de alumnas que asistieron a sus clases en el colegio de San Bartolomé.
El arte y la docencia
Y, por supuesto, sus dos grandes pasiones: la docencia en el colegio de San Bartolomé y el arte. Entre su amplia obra, la más destacada fue 'El Renacimiento en Guipúzcoa', su tesis doctoral, que obtuvo el premio extraordinario de la Universidad de Madrid en 1966 y fue publicada por la Diputación -que, por cierto, tiene previsto digitalizar sus trabajos- un año más tarde. «El suyo fue el primer inventario completo del arte en Gipuzkoa», subraya su sobrino Joxe Mari Arrazola  , que desempeñó a menudo tareas de chofer y acompañante en los desplazamientos de una investigadora «que siempre llegaba hasta el fondo de las cosas».
Él mismo recuerda con pena no exenta de cierta indignación lo duros que fueron los últimos años de Asun Arrazola a causa de «los ataques y las mentiras» de algunos sectores ultraconservadores «que hicieron sufrir muchísimo» a alquien que «tenía un pie en el siglo XVI y otro en el siglo XX». Tras haber dejado la docencia en 1984, su respuesta fue replegarse en el silencio del convento y seguir trabajando, algo que hizo hasta el final, dejando incluso un manuscrito inédito -'La historia del cerro y el colegio de San Bartolomé'-, que había terminado poco antes de morir en abril de 1995.

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