Entre bosques y pastos siempre verdes, en las laderas que rodean Albiztur,
originales formaciones rocosas de origen kárstico afloran del subsuelo
para salpicar el paisaje con manchas blancas que parecen inventadas por
el pincel de un genial pintor. Estamos muy cerca del centro geográfico de Gipuzkoa, en el valle de Salubita, donde el paso del tiempo y el vertiginoso descenso del río Igaran, un afluente del Oria, han esculpido la tierra a su antojo. Este es un territorio mágico; un lugar con carácter del que surgen sólidas montañas, como la de Ernio, una emblemática atalaya sembrada de cruces desde la que se domina toda la comarca.Cada fin de semana los pucheros de los restaurantes de Albiztur
son un reclamo irresistible para numerosos visitantes. Llegada del
continente americano en el siglo XVI, la alubia negra, conocida aquí
como alubia de Tolosa, es la especialidad gastronómica principal y su degustación con sus sacramentos es la guinda perfecta para la excursión que se plantea. Con el fin de abrir el apetito, comenzamos a caminar por la carretera que se escapa de la plaza de Albiztur en paralelo a una moderna urbanización.
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