No lo conocí en vida y sin embargo
su sombra tutelar acompañó mi infancia;
el bisabuelo basko, herrador de caballos,
constructor de la casa con su jardín salvaje
de frutales añosos y galpones sombríos.
Aquel hombre sencillo con voluntad de piedra
poco solía escribir o leer pero tenía
la aguda inteligencia natural que en
el pueblo se afina y crece a golpes de experiencia.
Engendró una familia numerosa,
fue el Áebol de Guernika de todos sus amigos
y murió virilmente, igual que
había vivido
El me legó la magia de aquel jardín lejano,
las ásperas canciones que trajo de su aldea
y el amor por las cosas más
simples de la vida: la tierra, el pan,
los árboles, el vino.
De él recibí la gracia de trabajar cantando,
la alegría de vivir,
y este orgullo profundo de venir de su sangre
antigua en el tesón en el coraje
EUSKAL HERRIKO ODOLA
dura como el granito
tierna como la hierba,
alta, sagrada herencia de mi abuelo;
sangre roja de pueblo,
noble sangre.
Poema de Margarita Muñoa( extraído de su reciente libro) Nacida el 18 de febrero de 1931 en Salto) nuestra queridisima amiga ,admirable profesora de Euskera; por sobre todo una gran MUJER de raices vascas.
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