jueves, 30 de abril de 2009
Los Vascos y el mar
El mar atrajo a la raza vasca de manera poderosa. Intrincados estudios intentaron explicar esa inclinación que tiene abundantes conexiones con otro problema irresoluble: EL ORIGEN DEL PUEBLO VASCO.
Acaso no sólo el atavismo aventurero, sediento de lo desconocido, hondamente hincado en el alma vasca, explique ese singular impulso hacia el mar. La necesidad sobre todo es la que impulsa a navegar. El número de vascos que como marinos dejaron huellas en la historia es asombroso. No todos ni mucho menos son oriundos del litoral. Es altamente revelador el gran porcentaje de marinos vascos nacidos en el interior del país. Y éstos son los menos famosos.A partir de cierta época de la historia, probablemente a partir de las invasiones normandas, el mar determina el destino de los vascos.
La princesa vasca y el jefe piel roja
La mas antigua de las leyendas canadienses alude al mitico país de los mamelones y a Atla, la última de las princesas vascas, hija única de una princesa vasca y de Lenni Lenape jefe piel .roja.
Una profecía auguraba un destino trágico a la raza aborigen a consecuencia de este matrimonio mixto, a menos que la princesa Atla tuviera un niño de padre no mestizo. El acontecimiento pudo haberse realizado Johon Norton, cazador ingles de los tiempos heroicos iba a casarse con Atla. Ambos Norton y Atlas partieron al país de los mamelones en busca del sacerdote que debía casarlos, pero en el camino se precipitaron desde lo alto de una roca a las aguas, al pie del cabo Trinidad. Salvados no obstante y en el momento que el sacerdot4e venía al encuentro de la pareja una sombra negra se extendió sobre el país y la tierra recobro a la hija de su más antigua raza.
Instinto de mar
El vasco es el hombre que llega. Le gusta plantearse tareas y designios más allá de los límites posibles la humano espfuerzo traspasarlos y llegar. Pero el vasco es tambien el hombre que calla, y por esto en el silencio mas impenetrable quedaron acaso asombrosos descubrimientos de héroes nuestros absolutamente olvidados.
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