miércoles, 15 de octubre de 2008

El alma vasca de Atahualpa Yupanqui


No me arrimo así nomás
a los jardines floridos.
Sin querer vivo alvertido
pa'no pisar el palito.
Hay pájaros que solitos
se entrampan por presumidos.
(1)

Atahualpa no nació Yupanqui, sino Héctor Roberto Chavero Aranburu. Lo trajo al mundo la vasca Higinia Aranburu en la localidad de Campo Cruz, partido de Pergamino, provincia de Buenos Aires el último día de Enero de 1908. Atahualpa explicó su procedencia en el libro autobiográfico "El canto del viento". Según el artista, por sus venas corrían trescientos años de historia americana, en una mezcla interesante de indios, criollos y vascos. Y siempre se sintió muy orgulloso de su origen.

Eso lo llevo en la sangre
desde mi tatarabuelo.
Gente de pata en el suelo
fueron mis antepasaos;
Criollos de cuatro provincias
y con indios misturaos.

En el siguiente poema de Atahualpa Yupanqui nos topamos con el reconocimiento del hijo a la madre. Lo tituló "Madre vasca" y lo cantó en muchos escenarios del mundo.

Qué nombre tendrán las piedras
que le vieron caminar
a mi madre cuando niña
o pastorcilla quizás.

El árbol a cuya sombra
descansó ¿dónde estará?
¡Qué bueno si lo encontrara
para rezar o llorar!

He de llegar algún día
en tierra vasca a cantar
¡Ay madre! Desde muy lejos
en mis coplas volverás.

Tu sangre dentro de mis venas
como un árbol crecerá,
Y el viento, que es generoso
su árbol me enseñará.

Qué bueno si lo encontrara
para rezar o llorar.

Atahualpa vino a Euskal Herria más de una vez para que pudiéramos gozar con su obra. Y siempre floreció esa composición lírica. en los labios del hijo de la mujer emigrante vasca.

(Josemari Velez de Mendizabal)


1 comentario:

Anónimo dijo...

tienen una hermosa colectividad un beso y saludo a todos los chicos e integrantes de la colectividad y a todos q son desendientes o q solo quieren aprender sobre la cultura baska un gran beso y abrazo max etxezarreta de la colectividad baska de concordia